Esperó en la parada el colectivo, volando en sus pensamientos. Cuando llegó, la gente fue subiendo. Él seguía en la parada. Se sorprendió cuando desde la tercera ventanilla, él se saludó.
Ya era tarde.
viernes, 28 de marzo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
11 comentarios:
Muy bueno, Diego.
A veces el alma está en "orsai", como dice el tango.
un abrazo.
Sí, a veces pasa. Magnífico microrelato. Buen blog.
Desde la quinta ventanilla van los mios.
Saludos
...la dimensión interna y la dimensión externa del tiempo, a veces, nos juegan malas pasadas...
Un placer leerte..
Besos...
Nat
Diego, muy bueno. Breve e intenso con esa bifurcación de mente y cuerpo.
Hola, Diego, interesante.
En España diríamos que el pobre estaba en Babia y, cuando regresó...
(Babia es una comarca olvidada, al Noroeste de la Península)
Me gustaría tener una visión de mi misma, vista desde fuera, seguro que me llevaría muchas sorpresas. ¿Somos lo que creemos que somos?
Un abrazo.
Un relato con las dosis justas de humor, sarcasmo y perplejidad.
Me ha gustado.xx
Gracias Arcángel, Recaredo, 20 kg,
nat, bea, hombre de barro, benjuí, irene, viajero solitario.
Puede que, si se aviva, corra a la parada siguiente y aproveche el semáforo en el corte de la senda peatonal. Sería un desafío a su voladura.
Diego.
Publicar un comentario