En el descanso de la escalera, entre el cuarto y quinto piso, una sombra se aplicaba a sus necesidades más profundas. Los suspiros pusieron un marco entre el extintor y la luz de emergencia. Eran, por lo menos dos personas. Seguramente dos humanos entregados al placer de entrelazar sus cuerpos entre caricias y sudor corporal. El viejo ascensor subía y bajaba, en forma esporádica. La luz interior, marcaba las siluetas, recortaba los bordes, pero no permitía distinguir con claridad, a los amantes. La señora del octavo bajó para comprar algo para la merienda. Martina, del segundo, subió a la terraza para colgar la ropa recién lavada. En el descanso de la escalera, entre el cuarto y quinto piso, dos cuerpos se acribillaban a besos profundos y respiraciones cortas. Un tiempo de reencuentro y descubrimiento. Exploración y enigma. Impunidad y ansiedad. Un buen tiempo había pasado. Desde el quinto llamaron al ascensor. En el mismo tiempo alguien bajaba por las escaleras. La señora del octavo llegaba al edificio con su compra del almacén. Martina venía bajando con su balde desde la terraza.
--¿Cómo le va Oscar?- dijo la señora del octavo cuando se abrió la puerta del ascensor y salió el encargado suplente.
Aquel con una sonrisa, le franqueó el paso al ascensor, mientras se prendía un botón de la camisa de trabajo. En ese mismo momento, por la escalera, llegaba a la planta baja, Javier, el hijo adolescente de la doctora del sexto piso. Vestido con ese estilo informal, y casi desarreglado, de los chicos de hoy en día. Oscar le abrió la puerta de calle y Javier, sin mirarlo a los ojos dijo…”gracias”.
martes, 13 de mayo de 2008
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13 comentarios:
"gracias". Me imagine el sudor, los jadeos, la excitacion.... Muy bueno...
Hoy volvi a leerlo..., realmente me encanto.
tierna complicidad
bicos,
Aldabra
bello y tierno.
Gracias
Rox
El relato es muy bueno, pero este párrafo: “…dos cuerpos se acribillaban a besos profundos y respiraciones cortas. Un tiempo de reencuentro y descubrimiento. Exploración y enigma. Impunidad y ansiedad.”… me parece magistral.
Saludos
Por lo que se ve a Oscar le iba bien, y si Javier le dio las gracias, sería por algo, pero ¿por qué?
Yo veo varias lecturas.
Un abrazo.
¿Amor o sexo?
¿Acaso importa?
¿Son dos cosas diferentes?
¿Cual nos deja más vacíos cuando se termina?
Haldar: ...pasar y volver a pasar, que bueno que el texto, lo haya logrado.
Aldabra: Suena a complicidad, ¿será? ¿de qué tipo?
Enredada: Gracias Rox. Sostiene el vuelo.
Sirena Varada: Sirenita...gracias. ¿no será mucho cumplido?
Irene: Esas lecturas hacen de la propuesta un espacio para la libertad. Gracias Irene.
f.:Buena época,la de las preguntas.
¿De qué nos vaciamos? El sentir ese vacío ¿qué produce? ¿Nos lleva a estancarnos o a seguir buscando?
Uy que relato!!! me encanto y como haldar lo lei dos veces..muy bueno Diego, gracias.
y tambien lo he leído dos veces!!
es muy bueno.
Gracias por tus comentarios. Me ha encantado eso del abecedario.
Total, que me he hecho un lío con tanto vecino arriba y abajo...
Pasaba por aca buscando mas.... La historia del Enmascarado Anonimo continua....
ruego se incluya nuevo material en este blog, je!
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